¿Qué sabemos del proyecto del macroparque eólico marino?

El 22 de abril se presentó el proyecto del Parc Eòlic Tramuntana, que se tiene previsto instalar en la bahía de Rosas y que entraría en funcionamiento el 2026, produciendo 500 MW.

Como es de esperar, hay un montón de reacciones totalmente contrarias a este proyecto, que no solo contaminará visualmente una zona tan privilegiada de Catalunya como es l’Empordà, sino que también nos encontramos ante una agresión sin precedentes y de consecuencias irreversibles a los valores medioambientales, paisajísticos, sociales y económicos de toda esta zona de la costa.

La Plataforma Stop al Macroparc Eòlic Marí de la Costa Brava Nord, impulsada por la Associació d’Empresaris Roses-Cap de Creus, que reúne entidades de distintos ámbitos, ha empezado una campaña para explicar el impacto negativo del proyecto en este territorio.

Esta misma plataforma asegura que, más allá de todo esto, son plenamente conscientes de la necesidad de potenciar el cambio hacia las energías renovables y dejar de lado las energías procedentes de los combustibles fósiles y nuclear. Pero insisten en que esta no es la manera de a hacerlo. El hecho de que la energía producida sea verde, no quiere decir que la megainstalación sea sostenible.

Según su manifiesto, rechazan el proyecto por los siguientes motivos:

  • Destrucción total del paisaje emblemático de l’Empordà y la pérdida de la esencia del territorio. Desaparecerá el horizonte natural del mar, con grandes consecuencias desde el Cap de Creus, pasando por Rosas, la plana ampurdanesa y el Montgrí.
  • Muchos núcelos urbanos, como Sant Pere Pescador, Empúries, Cadaqués, Roses, Castelló d’Empúries, l’Escala, Torroella de Montgrí, Pals y Begur quedarán encarados hacia el macroparque.
  • Enorme impacto visual. Un macroparque de 18 km de largo delante de la costa por 10 km de ancho. Serán 80 aerogeneradores, de una altitud de 258 metros y 236 metros de diámetro de aspas (con iluminación nocturna).
  • También habrá 320 macro anclas y el cableado generando la correspondiente malla en el fondo marino, un mínimo de 40 o 45 km de línea de muy alta tensión cruzando el golfo, el Parc Natural dels Aiguamolls de l’Empordà y la plana hasta las subestaciones de la MAT.
  • Supondrá un impacto muy negativo en el medio natural, marino, cultural, social y económico. Afectará las migraciones locales y estacionales de los cetáceos y aves marines que hay en la zona.
  • La actividad pesquera también sufrirá un grave impacto debido al impacto sonoro y visual del macroparque. Dicen que seguramente tendrán que dejar de trabajar en el sector.
  • El sector turístico y náutico también se verá muy afectado, ya que perderá su principal encanto: el paisaje.

No hace demasiados días, esta misma plataforma presentó la recreación de como quedaría el proyecto una vez finalizado. Este estudio ha sido llevado a cabo por la bióloga Anna Zahonero y muestra el terrible impacto que tienen en el territorio, tal y como está denunciando la plataforma desde que se izo pública la voluntad de colocar molinos de viento en esta zona norte de la costa catalana.

Con el lema de “Sí a las energías renovables, pero no a las megainstalaciones”, la plataforma se muestra plenamente a favor de este tipo de energía, pero pide que, se cojan como referencia los modelos de Planes de Transición Energética como el de Figueres y Roses, descentralizado y participativo. Un modelo que aporte rendimientos directos a las empresas y a la ciudadanía del terriotorio, basado, en el Baix Empordà, principalmente para obtener energía solar en espacios de generación de zonas ordenadas urbanísticamente y con el menor impacto medioambiental posible, cerca de los grandes sitios de consumo, al mismo tiempo de la constitución de comunidades locales de uso compartido tal y como promueve la Unión Europea, entre otras medidas.

En paralelo, esta plataforma ha empezado a enviar su Manifiesto en forma de moción a los ayuntamientos de el Alt y Baix Empordà, porque se puedan debatir y aprobar los respetivos planes municipales. Además, ha empezado a contactar con abogados y especialistas para empezar a preparar las alegaciones que se presentaran en el proyecto.

En Pleno del Ayuntamiento de Torroella de Montgrí se aprobó por unanimidad una moción en qué se manifiesta la oposición a este proyecto en la Costa Brava, en el Golf de Rosas, entre el Cap de Creus y Begur. Con esto se formaliza un posicionamiento que ya se había expresado institucionalmente a través del acuerdo entre 8 ayuntamientos afectados (Cadaqués, Castelló d’Empúries, Sant Pere Pescador, L’Escala, Pals, Begur, Roses y Torroella de Montgrí-L’Estartit).

Así mismo, se pedirá al Govern de la Genrealitat que se redacte el plano de transición energética de acuerdo con el pacto nacional para la transición energética de Catalunya y su distibución en función de la capacidad de producción y consumo de cada zona, compensando aquellos terriotorios que produzcan más energía renovable de la que consumen. El alcalde de Torroella de Montgrí, Jordi Colomí, espera que este plan sea consensuado en el terriotorio y se tomen en consideración criterios sociales y ambientales.